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Gin tonics de menos en el Séptimo Arte (III)

(Viene de aquí)

Nostálgicos del cristal burbujeante ante el ascenso carbonatado al mezcle con Gin al gusto, hay cine que gira en torno al trago largo. Cine en que se besa desasosegadamente tras mojar los labios en el aromático Gin Tonic. Cine en que la ginebra (en cualquiera de sus formas) templa una airada conversación, ahoga una triste despedida, sostiene la tensión de un asesinato inminente palpable en el ambiente o, sencillamente, da glamour y acompaña al galanteo de espías en el infinito juego del amor… Sea como sea, el cine se ha colado en la historia del Gin Tonic (o al revés) siendo hoy dulces amantes, pero…

¿Y todos esos tragos aromáticos e incoloros echados en falta en la filmoteca básica particular? Si las grandes canciones de amor, son en realidad al amor roto, marchito, imposible o no correspondido… ¿Qué hay de las grandes obras del Séptimo Arte que carecen de la materialización del London Gin? Futuros directores, productores, actores… amantes del gin tonic todos: Tomen nota.

Muerte entre las flores:

1982.Muerte entre las flores

Dejando aparte el desacertadísimo título otorgado al film en nuestro país, Miller´s Crossing es una película que trata sobre la amistad entre caballeros en un mundo de rufianes. En sus 115 minutos de duración, los hermanos Cohen mantienen al espectador pegado al sillón paladeando los agridulces envites que sufren (y salvan) a sus protagonistas. Ambientada en 1929, narra la historia de Leo, un gánster que domina la ciudad a su antojo, y su respetado y querido lugarteniente Tom, por una chica que les arrastrará a conocer las más oscuras simas del hombre. Con un ritmo lento y elegante, este vals cinematográfico traslada a la América de chaqueta, clubs de jazz, sombrero y humo… Elegancia, nostalgia de un pasado ficticio y el mejor Gabriel Byrne me hacen soñar con el suave tintineo de los hielos agitando débilmente el fresco, ligero y rosado Geranium London Dry Gin que imagino a Verna mientras amanece en brazos de Tom.

¿De veras no cupo la presencia entre tanto anónimo destilado, de un London Dry Gin en un film que casi veinticinco años después sigue siendo una referencia?

99 Francos:

En un postmoderno retrato del mundo de la publicidad y el márketing, Jean Dujardin interpreta a un publicista y creativo francés que, harto de su vida de cartón piedra y, sobre todo, de tener que poner sus ideas al servicio de sus ineptos jefes, decide vengarse y conseguir que le despidan, logrando así una cuantiosa indemnización.

(Tráiler)

Con un discurso alternativo, alucinado, alegórico y postexistencialista, Jan Kounen, director del film, propone un viaje a través de lo más sórdido, repugnante y empresarial del mundo de la comunicación y la publicidad a través de su ególatra y desencantado protagonista.

Divertido insulto a nosotros mismos y al sin sentido del shopping y la industria de lo efímero. Esta bofetada de ritmo cíclotímico adolece del contemporáneo trasiego de Gin Tonics en esas fiestas sociales que tanto frecuenta el testarudo Octave. Un licor tan presente en el mundo de la publicidad y el marketing (a todas las escalas) no debió ser pasado por alto en un film del que pocos conocen su existencia. Floral y exótica, en la esencia de 99 francos se añora el sabor del último Bulldog Dry Gin con la amarga tónica Thomas Henry, antes de romper la copa en forma de extravagante despedida.

En el próximo post, rematamos con esos otros films en los que añoramos nuestra otra pasión en su suave mezcla con el séptimo arte.

¿En qué películas añorásteis la presencia de qué Gin?

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