En las bodas de hoy en día ya no basta con ofrecer a los invitados la tradicional barra libre y el jamón ibérico cortado a cuchillo. Hay un montón de extras, que van desde un buffet de chuches hasta una máquina de hacer palomitas o una mesa llena de fruta. Lo último en bodas y eventos es contratar un carrito de Gin Tonic o, en su defecto, una barra de cócteles y mojitos.

Casi todas las empresas de catering y de organización de eventos ponen a disposición de los anfitriones carritos de Gin Tonic de lo más variados en los que no faltan ni las mejores ginebras ni una extensa carta de tónicas. Los más completos vienen incluso con un despliegue de accesorios y de ingredientes dignos del bebedor más sibarita: lima, naranja, pepino, frutos secos, regaliz, vainilla, pétalos de flores, etc.

Un carrito de Gin Tonic desde 3 euros

El precio varía en función del catering elegido, pero buscando en Internet he encontrado uno que puede servirnos como guía. En un artículo publicado en bodas.net he leído que en Movingdrinks cobran desde 3 euros por persona. Pero no sólo montan el carrito de Gin Tonic, también llevan a su propio equipo de profesionales para elaborar las bebidas.

Una de las grandes ventajas de contratar un carrito de Gin Tonic es que apenas ocupa espacio, por lo que se puede colocar en cualquier lugar de la sala.

Carrito de Gin Tonic: reclamo y ganancias

Tal es el éxito que está teniendo esta pequeña barra de bar que muchos restaurantes ya están empezando a ponerlos en sus locales. De paso consiguen aumentar la cuenta de los comensales, que no pueden resistirse a la copa de sobremesa.

También han empezado a colocarse en las terrazas más concurridas con una doble función: por una parte sirve como reclamo para paseantes y, por otra, libera de trabajo a los camareros de la barra.

Se coloque donde se coloque, lo que está claro es que un buen carrito de Gin Tonic es la idea perfecta para que nuestra fiesta vaya sobre ruedas.