ginebra premium pink 47

Pink 47: La señorita refinada.

Lo siento, pero me chirría cuando en la presentación de un producto se recurre al manido tópico deProducto para mujeres (sustituid producto, por vino, Ginebra o cualquier otro).

A parte del tufillo machista, cuando me intentan vender una Ginebra diciendo es ideal para mujeres”, acabo por imaginarme a Chuck Norris  sosteniendo la botella  y diciéndome “si no eres tan hombre como yo, puedes beber esto, no es Ginebra, pero lo parece´´.  Como si las mujeres no fueran capaces de apreciar una buena Ginebra. Creo que al final esta estrategia de marketing es totalmente errónea, hace que el producto parezca descafeinado, facilón y, en ocasiones, dulzón,  consiguiendo que el público en vez de interesarse por el producto acaben mirándolo recelosamente.

Algo así me pasó cuando llegó a mis manos una botella de Pink 47. Un atractivo diseño que nos recuerda al legendario diamante Rosa Khavarya, perdido hace más de 400 años, que, junto a su nombre,  hace que muchos piensen que se trata de una Ginebra solo “apta para gustos femeninos´´.

Lo primero que sorprende es su graduación alcohólica, 47º, muy superior a las que podemos encontrar en muchas de las Ginebras Premium,  pero que es considerado como el grado apropiado para un destilado de su clase,  con lo que se presenta ideal tanto para un buen Gin Tonic o como de  base para cócteles.  Pero este alto contenido alcohólico no es sinónimo de dureza y pesadez, por lo que ha de ser consumida con moderación.

Su aroma es elegante y sutil, sin que despunte el alcohol, gracias a la selección de sus  12 botánicos,  entre los que se encuentran los cítricos y nueces de España, enebro de Italia, cilantro o dos tipos de raíz de angélica. Resulta un producto fresco y versátil lleno de complejidad y matices. Seca  y envolvente, con mucho cuerpo pero con una fragancia tan exquisita que hace que su trago sea fácil gracias al aporte aromático de sus botánicos.

En resumen,  un producto cuyo mejor apelativo es el de equilibrio  y sutileza, como el sonido de unos tacones golpeando contra el asfalto, alejándose en mitad de una noche de verano.

Aunque para muchos la calidad de esta Ginebra depende de dos factores fundamentales, la ubicación geográfica de la destilería,  a tan sólo 28 metros sobre el nivel del mar, y el agua que se utiliza en la cuarta etapa de destilación, provenientes de los manantiales del Parque Nacional de Snowdonia (al noroeste de Gales).

Para la realización de un Gin Tonic lo mejor es aprovechar  su potencial cítrico y sus toques especiados. Combinarla con la tónica 1724, una de las más neutras que podemos encontrar en el mercado, con una aromatización con cáscara de naranja y lima es todo un acierto, sin florituras, pudiendo añadirle fresas o frambuesas en pequeñas cantidades, casi testimoniales. Una combinación más arriesgada sería con la tónica  Schweppes de pimienta rosa,  con lo que potenciar los aromas especiados de la ginebra y una aromatización con cilantro, nuez moscada o clavo. ¿A qué apetece?

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