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The Botanist, un paseo por Escocia en una ginebra

Ah, Escocia. No es difícil asociar aquel país con su bebida nacional por excelencia, el whisky. Pero tampoco es raro encontrar excelentes ginebras producidas en aquellas tierras: Hendrick’s, Blackwood’s, Old Raj, Edinburgh, Boë… Y también The Botanist, que lleva desde 2011 repartiendo por el mundo pequeñas dosis de las Highlands escocesas, y que ya tardaba en aparecer por aquí.

The Botanist se produce en la isla de Islay, una de las Hébridas, en la destilería Bruichladdich, donde el whisky es religión, pero donde se ve que también saben destilar ginebra conforme al patrón London Dry: 46 grados alcohólicos y destilación a baja presión en un viejo alambique rebautizado Ugly Betty por el maestro Jim McEwan para un resultado delicado, complejo y personalísimo. Lleva unas 17 horas sólo el proceso de destilado…

Una ginebra que captura los aromas de la isla.

La receta botánica es la otra causa de esta particular ginebra: nada menos que 31 botánicos repartidos en dos grandes grupos: los responsables de mantener The Botanist como una ginebra clásica, o sea, enebro, coriandro, raíz de angélica y de lirio, regaliz, canela y casia, pieles cítricas…; y otros, más o menos infrecuentes, responsables de su faceta más escocesa, entre ellos varias mentas y tréboles, camomila, cardo, abedul, sauco, tojo, espino albar, brezo, melisa, etc.

Una ginebra oleosa y rica en aromas muy bien compaginados

Botánicos muy escoceses todos ellos, ya se nota, pero que no han sido elegidos (y recolectados a mano) por ser lo primero que se ve al salir de Bruichladdich, sino para protagonizar un aroma predominantemente floral muy astringente y con una presencia mínima en azúcares. Otra cosa es “el bajo”, es decir, los tonos menos notorios pero más constantes, basados en las especias.

Respecto al perfect serve, puede que te la sugieran con menta y algún twist cítrico y una tónica tipo 1724, y no es mala idea. Pero The Botanist es tan versátil que puede aceptar muchas frivolidades: frutas dulces como el coco o la almendra, especias potentes como la pimienta rosa o el clavo, hojas picantes como la menta de marras… La tónica, siempre de calidad.

Resumiendo, estamos una ginebra transparente, fresca y suave de primera calidad, con una composición insospechada realizada por amantes declarados del viejo estilo de hacer las cosas. Lujosa, incluso lujuriosa, con una presentación impecable en una botella cilíndrica y parlante, una de esas que no te bebes un día cualquiera; así que búscate una y Sláinte!

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