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New Amsterdam gin, un heredero afortunado

Para aquellos que no lo sepan, la ciudad de Nueva York (hoy metrópolis mundial y auténtica Gran Babilonia contemporánea) empezó como un pequeño villorrio de cazadores y tramperos llamado Nueva Ámsterdam, ya que sus fundadores procedían de aquella industriosa ciudad holandesa. Así, dos tradiciones ginebreras del mejor nivel, la holandesa y la anglosajona, se mezclan para crear una ginebra de alta gama: New Amsterdam.

Pero… aviso a navegantes, aunque New Amsterdam es una ginebra realmente excelente, no es un refrito de recetas de jenever y London Dry; es más bien un homenaje contemporáneo a la Gran Manzana. No es lo que buscan los amantes de la tradición, en principio, pero atrapará (como prueban sus múltiples condecoraciones) a aquellos que persiguen nuevos horizontes en el universo gin tonic.

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Lanzada en 2007 por una gran compañía licorera californiana y apoyada en una potente campaña de imagen, New Amsterdam sigue las “reglas del arte” en cuanto al proceso de destilación se refiere (si bien es cierto que se somete a una destilación simple, sin grandes cuidados ni delicadezas de cara a la galería). Respecto a la orientación del gusto, la casa apostó claramente por una ginebra cítrica y dulce.

New Amsterdam presenta una excelente relación calidad-precio

Los fabricantes, hablando ya de los botánicos, tomaron por otro lado una decisión que nunca nos gusta, es decir, el ocultamiento de los botánicos. Hay enebro, claro. Sin duda tiene limón, naranja y lima, que predominan absolutamente. Se rastrea la raíz de angélica. Seguramente lleva lirio y vainilla. Pero es difícil precisar otros componentes que permitan completar la lista. Lo mismo ocurre, por cierto, con el alcohol base y el agua utilizados.

En cuanto a la nota de cata, New Amsterdam se reconoce por sus notas cítricas, presentes tanto en nariz como en boca. También tiene fuertes componentes frutales y florales. Es muy suave en la garganta, y más bien dulce, tal vez demasiado para quienes gustan de ginebras secas. Se la suele criticar como excesivamente cítrica, con un toque alcohólico poco refinado y con un regusto azucarado más bien artificial.

Los fabricantes sugieren mezclarla con una tónica neutra y complementarla con arándano rojo. Al ser tan multifacética, esta ginebra americana acepta bien muchas otras combinaciones. ¿Por qué no hacer un guiño a su nombre y combinarla con una tónica seca y una bonita rodaja de manzana? ¿O con una tónica dulce, tipo Abbondio, y corregirla insistiendo con unas bayas de enebro?

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