Remontándonos a la época de Carlitos de Cuéntame (esa en la que los niños siempre pensábamos al ver fotografías que nuestros abuelos habían vivido en blanco y negro hasta la llegada del color), en esos pueblos de la España profunda en los que el punto de reunión eran el casino, la Plaza Mayor y su fuente, el cementerio en los días aciagos y la casa de lenocinio  en los festivos; cuando nuestra Yolanda, Estefanía o Marta de turno se hacía novia de su Vicente, Anguiano o Alarico, cedía de manera casi oficial su nombre por el de “novia de”.

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Tomando café (como antesala de la copa de balón) con mi amigo Joaquín Domínguez, hablando del spot de Schweppes del 2014, me comenta el ingenioso juego de asociación que la histórica marca del Leopardo (¿alguien sabe qué ha sido de él?) ha elaborado en su breve anuncio de la temporada.  En él se observa la afanosa y cuidada elaboración de… ¿de qué? ¿Acaso no venden tónicas? ¿Por qué asemejan preparar un Gin Tonic de rigor y hasta el último momento no añaden su famosa agua carbonatada.

Cuando te conviertes en la novia de…

Sucede lo mismo en su página web. Si no fuésemos fieles asiduos al Gin Tonic, si un extraterrestre se asomara con su smarthphone a la web del producto preguntándose qué maravilloso y burbujeante producto vende Schweppes, se encontraría que el Gin Tonic es el elixir producido en masa por la empresa fundada por el alemán Johan Jakob Schweppe en 1783.

Si bien es cierto que aún muchas personas piden una tónica sola con limón a modo de refresco, la tónica y el Gin se han hecho tan inseparables que el uno ya no se entiende sin el otro. Conscientes de ello, lejos de continuar en sus campañas compitiendo por entrar en esa Short List del consumidor, tratando así de barrer a la competencia, han hecho algo tan sencillo como dar a conocer lo que todos saben: que la tónica es al gin lo que los Rolling al Rock and Roll. (la siguiente afirmación deberá ser, y es, que la tónica ES Schweppes).

De este modo la marca nacida en Ginebra, lejos de seguir vendiendo su producto, vende un hábito (que tanto tú como yo y aquellos, practican, pero tú y yo más, por eso estamos aquí): Beber Gin Tonics y ser un #GinLover.

Me resulta de gran originalidad ese presentarse a través de otro, siendo conscientes de que se es esencia (50% fundamental del 100% imprescindible) de la otra parte. Son parte del hábito, y han entendido que anunciarse fuera de él es, quizá, dar disparos al aire

 ¡¿Por qué no anunciarse entonces como “novia de” siendo “la pareja del año”?!