Ojo, no confundir... Ambas son botellas rojas, sí, pero...

Ish: un nombre corto para un recuerdo largo

Decía mi profe de inglés que “–ish” es en aquella lengua una terminación de pertenencia; o sea, si eres de England, pues english, si eres de Spain, pues spanish. Con ello juegan los creadores de esta joven ginebra, aunque luego descubrimos que en realidad son unas siglas correspondientes a Irresistible Scandalous Hallmark (algo así como “marca irresistible y escandalosa”; mira mamá, cuánto me aprovecharon las clases particulares de inglés).

Decíamos que Ish es una ginebra joven (2010) y, como tal, muestra un temperamento de rompe y rasga. Reúne un tratamiento exigente de los procesos y productos primarios (destilación e ingredientes) y una decidida comercialización, todo arropado en un concepto atrevido y muy claro. Una ginebra a explorar tanto por los que vienen de iniciarse como por los expertos en el mundillo del gin tonic.

Ojo, no confundir... Ambas son botellas rojas, sí, pero...
Ojo, no confundir… Ambas son botellas rojas, sí, pero…

Vamos por partes. La base alcohólica del destilado es el maíz, de la mejor calidad, claro (Charles Maxwell y Poshmakers Ltd, que aunque parece un grupo de pop sesentero no lo es, no permitirían otra cosa). La destilación es quíntuple, algo extremadamente raro entre las ginebras en general y las London Dry en particular, por más Premium que sean. El objetivo es depurar al máximo el espíritu de la ginebra.

Calidad y autoexigencia dan un producto apto para veteranos y noveles

También se puede controlar mejor así el momento de adición de cada uno de los 12 botánicos de la mezcla: cortezas de naranja y limón, coriandro, angélica, cassia, nuez moscada, canela, regaliz, almendra, ajedrea… Y lo más llamativo, doble de enebro, para los que temían un batido tropical sin sabor a ginebra. Como vemos, sin complejos a la hora de enfrentar amargores clásicos con fuertes tonos cítricos, picantes, dulces y el manido toque mediterráneo.

Claro, con todo esto, hay mucho trabajo para el paladar. Pero tranquilos, amigos del bouquet y el retrogusto: la gente de Ish no lo ha echado todo junto a la cuba, removido con el palo de la escoba y ya; ha tratado cada botánico como se merece. Así, han superado su mayor riesgo, saturar una ginebra de sabores que contrastan entre sí.

Es ese un riesgo habitual en los productos (más bien productores) jóvenes y ambiciosos: demasiado márketing para un totum revolutum a la americana. Y como es una ginebra desenfadada, si te la bebes en gin tonic admite muchos aromatizantes; un par de frutos rojos flotando, en este caso y como guiño a la hermosa botella, ¿por qué no?

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