¿Qué puede quedar más lejos, sonar más remoto en estos momentos que los hermosos, los dulces días de junio? Pues por eso mismo, para no olvidar que después del invierno llega el verano (y por llevar la contraria al mundo, qué leches), hoy vamos a hablar de Esprit de June, un licor muy especial de la gente de G’Vine.

Sí, sí, ya lo sé, no es ginebra… Estamos de acuerdo. Pero creo que merece la pena recrearse con este licor no sólo porque, por derecho propio, es una bebida espirituosa distinta a cualquier otra, sino también porque unas gotas enriquecen mucho una ginebra como las de la familia G’Vine o cualquier cóctel, gin tonic incluido, que preparemos con ginebra.

Los responsables de EWG y más concretamente Jean Sebastien Robicquet decidieron ir a contracorriente y preparar un licor no de frutos, sino de flores; un contrasentido agrícola, pero un gran acierto gastronómico. Así, a mediados de junio aprovechan la corta floración de las viñas de la región de Cognac, en el sur de Francia, para cosechar (no sé si la palabra es adacuada) varias variedades; a mano, que la son muy delicadas.

Un recurso sorprendente e inesperado en tu mueble bar

Cabernet sauvignon, merlot, ugni blanc… Cada variedad se macera en aguardiente de uva por separado antes de proceder al destilado en un alambique florentino, ideal para extraer aromas sutiles. Después viene la segunda destilación conjunta, con folle blanche y sauvignon blanche, luego se le añade azúcar y se obtiene un licor de 28 grados verdaderamente único, clara y deliberadamente diferente.

Esprit de June no es un licor ni muy fuerte ni muy dulce, al contrario. Lo que sí resulta es fuertemente aromático, aunque con aromas muy sutiles, esencialmente florales. Ofrece un amplio abanico donde pueden encontrarse recuerdos de frutos rojos, reflejos de violeta y flores blancas, la presencia de pétalos de rosa, regustos de frutas de drupa que también florecen en junio.

En ese sentido, Esprit de June consigue su objetivo de recrear en el paladar un tiempo preciso y precioso de mediados de junio. Y lo consigue en un licor ligero y suave en el paladar, más bien seco pero muy muy largo. Así sí podemos ponernos todo lo poéticos que queramos con atrapar el verano en una botella (muy bonita, por cierto) y todo eso. Si puedes hacerte con una de Esprit de June hazlo, no lo dudes.