gastronomia

Enebro y gastronomía

El enebro, más bien las bayas del enebro (por bien ser deberíamos llamarlas nebrinas, pero dejémoslo ahí) tienen una gran presencia en el ámbito del gin tonic, pero es mucho menor en la gastronomía en general. En este blog (y en otras webs) ya hemos repasado unas cuantas ideas sobre cómo incluir estas bayas en nuestra dieta; pero no es exactamente de eso de lo que queremos hablar hoy.

Queremos más bien ayudaros a jugar con las posibilidades que ofrece el enebro en gastronomía, viéndolo desde una perspectiva amplia; no limitarnos a reseñar unas cuantas recetas, sino considerar las nebrinas como un ingrediente más de los muchos disponibles en nuestras cocinas, del que puedas echar mano a tu criterio y como mejor te convenga.

 

 

Para ello, debemos partir de dos puntos de partida. Por un lado, ¿a qué sabe el enebro, y con qué combina? Y por el otro, tener en cuenta cómo disponemos del producto. Esto último es más bien sencillo, ya que las nebrinas suelen comercializarse secas. Aún así, tenemos varias opciones: podemos utilizarlas enteras (como en un adobo), molidas tal si fuera un pimienta o sacarle todo el sabor sin su presencia, en una infusión o una maceración.

Úsalo en sopas y ensaladas, con pescados y carne de caza

El sabor del enebro es, ante todo, potente, algo a tener siempre en cuenta. Los aromas predominantes son amargos y cítricos, principalmente con tonos que recuerdan al pino. A partir de ese triple punto de partida podemos empezar a construir. La mejor forma de aprovechar el aroma fresco y algo picante del enebro es con las carnes de caza, especialmente las aves, que resisten bien los aromas fuertes.

Todos sabemos que cualquier cítrico se lleva bien con el enebro, y podemos utilizarlo (sin pasarnos) para enriquecer los aderezos basados en el limón o los productos que se acompañen con salsas de naranja. El poderoso amargor del enebro puede considerarse para equilibrar otros sabores, principalmente dulces o picantes, para aportar un matiz astringente a nuestros platos.

En fin, que no hay razón para que no tiremos de ese botecito que nos compramos para aderezar los gin tonics en otros momentos que no sean el de tomarnos una copa, y que nos ayude a experimentar con sabores a los que no estamos habituados. Hasta con los postres (la miel, el regaliz o el anís serán buenos aliados en este campo). Así que pongámonos los delantales y a crear…

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