El gin tonic es un cóctel que no sabe de género, nacionalidad o estatus social. El último ejemplo lo trae la recién inaugurada pre-campaña electoral española, que ha puesto a la misma altura a varios rivales políticos. Y es que a pesar de profesar diferente ideología y de defender unos valores que pueden llegar a ser opuestos en determinados casos el gin tonic ha terminado uniendo a dos personajes a priori opuestos como son Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Del líder socialista ya se conocía la afición por el cóctel a base de ginebra y tónica. De hecho, se ha dejado ver en más de una ocasión saboreando este combinado y no fueron ni uno ni dos los titulares que hace pocos meses protagonizó al disfrutar de esta bebida en un evento de campaña con mujeres, en un local chic de la capital de España.

El gusto de Sánchez por el gin tonic es tan famoso como el que profesa el rey Felipe VI por la misma bebida. Lo que se desconocía hasta hace pocos días era que también Pablo Iglesias, líder de Podemos, es un aficionado a este combinado. Prueba de ello fue la fiesta de cumpleaños del presidente del grupo Mediapro, Jaume Roures, hace pocos días, en Madrid.

Al evento acudió el secretario general de Podemos y se le pudo ver disfrutando de un gin tonic mientras conversaba con otros asistentes. Muchos de los invitados se acordaron, en ese momento, de las metáforas que este político utilizaba a partir de esta bebida, a la que comparaba con la deuda externa española y su negativa a pagarla por considerarla ilegítima.

La imagen es elocuente y, además de hablar por sí sola, ayuda a entender hasta qué punto algunas bebidas pueden convertirse en protagonistas de las campañas electorales. ¿Sucederá con el gin tonic y las presidenciales de 2015 en España?